La plegaria: La espada del amor

LA PLEGARIA: LA ESPADA DEL AMOR.
Como bien sabido por todos el término plegaria viene de “plegar”, doblar e igualar los pliegos, ¿verdad?, pues ahí encontraríamos el principal acto de nuestra plegaria , doblarse ante la voluntad De Dios.
La plegaria nada tiene que ver con la oración, ni con “ir a misa” y mucho menos con los beatos; entendámonos, la oración es una petición, adoración y contemplación, el hombre ruega que se le concedan sus deseos y anhelos.
De esta forma sentimos que no es un instrumento ocioso, la plegaria la realiza el “caballero espiritual” aquel que siente la llamada de Dios y esta dispuesto a servir a sus semejantes ante cualquier hecho esclavizantre de este mundo.
Entendida y aplicada adecuadamente, es el instrumento más potente para servir a Dios. Es la única lección para aprender el noble y caballeresco arte de Ser en los diferentes senderos de la vida, culminando con la manifestación y defensa de la Libertad.
La plegaria exige una Fe viva en Dios; La fe no como “creencia en Dios”, sino como lealtad, compromiso y perseverancia. Esta Fe, tan antigua como el mundo, en nada se parece a la conocida y vendida hasta ahora, la fe basada en la creencia tan solo nos lleva como dice el diccionario “a tener como cierto algo que el entendimiento no alcanza”, es decir, a someter a creencia algo por imposición, o querer creer en algo que no conocemos; y eso tiene los minutos contados. Esa fe de vending, es una fe falta de experiencia de vida; y solo la experiencia te lleva a la comprensión de las cosas.
La Fe viva en Dios, es leal, seria, comprometida, voluntariosa; el termino que se usa en las primeras traducciones que viene del griego es “pistis” y su traducción al latín vendría de “fides” (lealtad, fiabilidad) que luego en las traducciones posteriores se uso CREDO y en inglés I belive, un sentido totalmente diferente de la lealtad y el compromiso.
Por lo tanto aquel que tiene una Fe viva en Dios, lo conoce, lo vive, por que lo experimenta, y ademas se pliega a su voluntad. “Iguala los pliegos”, haciendo de todas las realidades una sola. Disuelve su ego en El, para que en esa nueva coagulación del Ser encaje perfectamente la nueva Luz. Prepara su cuerpo, su templo, para recibir, expandir la Divinidad que lleva dentro.
Se libra una gran batalla, entre los poderes de las tinieblas y de la Luz, y quien no cuente con la espada del amor, la plegaria; será víctima de las tinieblas. El ser humano en plegaria está en paz consigo mismo y con el mundo entero, pues ya no es el, se ha vaciado. Él está atento a tu expresión, pero a su manera no a la tuya.
Foto: JuanJose Clemente, Acrílico sobre Lienzo.
Como un montón de arcilla en las manos del alfarero, el espíritu te impulsa en una dirección y la carne con el yo en otra; “pleguémoslos”, una plegaria silenciosa consciente es mucho más poderosa que un acto intencionado lleno de barro. La intención se ve en nuestro hecho y es un reflejo exacto y perfecto de nuestras verdades. Cuando estas no son en Dios, nos separamos del Padre, el cual espera con amor nuestra vuelta al hogar.
La plegaria no consiste en un palabrerío, esta surge de las profundidades del otro corazón, del corazón hasta ahora inmanifestado, porque no estábamos vacíos de todo. Colocando las cuerdas en su sitio se produce una música perfecta que solo Él hace vibrar en nuestro cuerpo y expandirse eternamente.
Dejando a un lado la espada de metal, atraigo a mi, mis enemigos para ofrecerles la copa llena de Amor, inundarles de la inconmovible firmeza que emana de Él. La plegaría desde el Amor, puede lograr lo que ninguna otra cosa en este mundo. La espada del Amor.
Copyright© Marcos Abad - Sigillum Templi.

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